lunes, 9 de abril de 2007

¿EXISTE LA NACIÓN ANDALUZA? (IV)

ALGUNAS CARACTERÍSTICAS CULTURALES DE ANDALUCÍA

¿Cuáles son las características diferenciales de Andalucía con respecto al resto de territorios que conforman España? Puede parecer que no las hay, pero nada más lejos de la realidad. Las diferencias existen y saltan a la vista cuando se pisa esta tierra. Hay distintos ejemplos, tanto en la propia sociedad, como en cultura o manifestaciones artísticas, y vamos a pasar a enumerar y explicar algunos de los más importantes.

Para empezar, la sociedad andaluza es mucho más rural que el resto de España. Tal vez sólo Galicia y Asturias podrían compararse a nuestra tierra en ese sentido. El peso que tiene el campo en Andalucía ha sido y es, todavía actualmente, clave para entender nuestra sociedad. Ni siquiera las grandes urbanizaciones que se están llevando a cabo tanto en la costa como en las grandes localidades de interior pueden mitigar ese peso del mundo agrario andaluz. Consecuencia de esa vida más agraria y su desarrollo en pueblos no demasiado grandes tenemos el fervor religioso en el que vive la mayoría de nuestra sociedad. Cierto es que, en la costa, las generaciones jóvenes ya tienen cambiada su mentalidad, pero en el interior esta característica se ha mantenido invariable con el paso del tiempo. Por otro lado, la natalidad en Andalucía es mucho mayor que en España. En 2007, la natalidad española es del 10,7 por mil, y Málaga, que es la provincia andaluza con menor índice, está en torno a la media estatal. En Andalucía, el total supera el 12 por mil.

Pero aún podemos establecer diferencias por otros motivos: ¿cuál es la imagen típica de Andalucía cuando salimos de sus fronteras? Probablemente el cortijo andaluz rodeado de olivos o el pueblo blanco. Una herencia más, por cierto, del vasto legado que nos dejaron los árabes. Los grandes edificios de la costa mediterránea están acabando con esta costumbre de encalar las casas, que todavía sigue viéndose de ocasionalmente en la zona atlántica, y sigue vigente en el interior. Incluso dentro de las viviendas andaluzas –sólo en las de los pueblos de interior- podemos ver otra de las estampas típicas de nuestra tierra: el patio andaluz, un endemismo más que diferencia Andalucía del resto de territorios de España. El cortijo blanco con patio es a Andalucía lo que la casa de payés a Cataluña. Sin ellos, falta algo. Y, en cuanto al pueblo blanco, nueva herencia árabe. Son por todos conocidos debido a sus estrechas calles y su particular arquitectura, en su gran mayoría procedente de la construcción morisca. Sin ellos, Andalucía tampoco es lo mismo.

Aunque quizá la gran diferencia esté en otras manifestaciones culturales, principalmente en la que ha dado a conocer Andalucía en todo el mundo. El folklore. Tal como en Galicia suena la gaita y se bailan las muñeiras, aquí de siempre ha sonado la guitarra y el cajón para tocar rumbas, bulerías y cualquier otra rama del “cante” andaluz. ¿O es que alguien ha escuchado en otro lugar el cante jondo? En este tema la verdad es que hay bastante que explicar, pues cada provincia tiene incluso su cante propio –véanse sevillanas, malagueñas, granadinas, los tanguillos de Cádiz y un largo etcétera- y luego existen un sinfín de variedades de estilos, que se conocen como “palos” en la jerga flamenca. A unos les gustará más, a otros menos, pero está claro que prácticamente ningún andaluz se queda indiferente cuando escucha el canto de Andalucía, que no de España. Es más, creo personalmente que acierto al decir que toda música creada por un andaluz tiene algún componente, por pequeño que sea, de ese flamenco al que hacía alusión más arriba.